jueves, 18 de septiembre de 2014

Hielo y Fuego

Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.




Traducido por: Pau Macias



Corregido por: Cary0605


Hielo y fuego, Leyó Edward.
"Hmm... ¿Crees que podría ser una metáfora para el ti y el chucho?" Pregunto Emmett riendo entre dientes.
Todos los demás se limitaron a poner los ojos en blanco por su pregunta.
La tienda de campaña se estremeció bajo el azote del viento, y yo con ella. El termómetro caía en picado.
Una gelidez punzante atravesaba el saco de dormir y la chaqueta, estaba helada a pesar de hallarme completamente vestida, incluso con las botas de montaña anudadas. ¿Cómo podía hacer tanto frío? ¿Cómo podía seguir bajando la temperatura? Tendría que parar alguna vez, ¿no?
— ¿Qu-ué hooora es? —me esforcé en pronunciar las palabras, una tarea casi imposible con aquel castañeteo de dientes.
Edward gruño ante eso.
“¿Qué pasa Eddy?” Pregunto Emmett.
"Tenía que hacer frío," Edward murmuró. "La tormenta tenía que venir esa noche. Todo tenía que ir mal."
“¿Y qué es lo malo con todas esas cosas?” Pregunto Emmett.
"¡Debido a que el chucho va a tener que ayudarme!" Edward gruñó. "Yo sólo estoy haciéndolo peor."
"Oh," dijo Emmett; aunque era obvio que él estaba tratando de no reírse de esto, por suerte lo consiguió.
—Las dos —contestó Edward, sentado lo más lejos posible de mí en aquel espacio tan pequeño, temeroso casi de respirar cerca, teniendo en cuenta lo helada que estaba.
 El interior de la tienda estaba demasiado oscuro para que distinguiera su rostro con claridad, pero su voz sonaba desesperada por la preocupación y la indecisión.
—Quizá...
—No, estoy bbbien, la vverdad. No qqquiero salir ffuera.
Ya había intentado convencerme al menos una docena de veces de que saliéramos pitando de allí, pero a mí me aterrorizaba la perspectiva de abandonar el refugio.
“Eso no la ayudaría realmente; A menos que la hagas correr” Dijo Carlisle
“Además que pondría todo el trabajo que hicimos en peligro… Su aroma es muy fuerte” Dijo Jasper.
Si ya hacía frío en la tienda, donde me encontraba a resguardo del viento rugiente, podía imaginarme lo horrible que sería si saliéramos corriendo al exterior.
Y además daría al traste con todos los esfuerzos hechos durante la tarde. ¿Tendríamos tiempo suficiente para recuperarnos cuando pasara la tormenta? ¿Y si no se acababa? Era ilógico moverse ahora. Podía sobrevivir a toda una noche de tiritona.
Me preocupaba que se hubiera perdido el rastro que había dejado, pero él me prometió que los monstruos que venían lo encontrarían con facilidad.  
"Es una gran tormenta," Murmuró Jasper. "Hubiera sido mejor si esto no sucediera."
"Además, no estoy segura de que el clima sea tan malo en el claro," Dijo Alice. "Dije que la zona en la que estarían iba a ser mala."
— ¿Qué puedo hacer yo? —me dijo, en tono de súplica.
Yo me limité a sacudir la cabeza.
En el exterior, bajo la nieve, Jacob aullaba de frustración.
—Vvvete dee aquí —le ordené de nuevo.
—Sólo está preocupado por ti —me tradujo Edward—. Se encuentra bien. Su cuerpo está preparado para lidiar con esto.
“Ah el lado positivo de ser lobo” Emmett se rio entre dientes “Nunca sentir frio”
—E-e-e-e-e.
Quise decirle que aun así debía marcharse, pero la idea se me quedó enganchada entre los dientes. Me esforcé, y estuve a punto de despellejarme la lengua en el intento. Al menos, Jacob sí parecía estar bien equipado para la nieve, mejor incluso que el resto de su manada, ya que su piel cobriza era más gruesa y greñuda. Me pregunté a qué se debería eso.
Jacob volvió a gimotear, en tonos muy agudos, un lamento que crispaba los nervios.
— ¿Qué quieres que haga? —Gruñó Edward, demasiado nervioso ya para andarse con delicadezas—. ¿Que la saque con la que está cayendo? No sé en qué puedes ser tú útil. ¿Por qué no vas por ahí a buscarte un sitio más caliente o lo que sea?
Edward negó con la cabeza ante eso, mirando un poco enfadado.
—Estoy bbbieenn —protesté.
A juzgar por el gruñido de Edward y el enmudecimiento del aullido que sonaba fuera de la carpa no había conseguido convencer a nadie. El viento zarandeó la tienda con fuerza y yo me estremecí a su ritmo.
Un aullido repentino desgarró el rugido del viento y me cubrí los oídos para no escuchar el ruido. Edward puso mala cara.
—Eso apenas va a servir de nada —masculló—, y es la peor idea que he oído en mi vida —añadió en voz más alta.
—Mejor que cualquier cosa que se te haya ocurrido a ti, seguro —repuso Jacob; me llevé una gran sorpresa al oír su voz humana.
— ¿Por qué no vas por ahí a buscarte un sitio más caliente? —remedó entre refunfuños.
— ¿Qué te crees que soy? ¿Un san Bernardo?
"Oh... Creo que sé por qué estás tan molesto por ahora," Emmett sonrió ampliamente.
“¿Quién no estaría molesto por eso?” Se quejó Rosalie. "Y él tiene que oler atrozmente."
Oí el zumbido de la cremallera de la entrada de la carpa al abrirse.
Jacob la descorrió lo menos que pudo, pero le fue imposible penetrar en la tienda sin que por la pequeña abertura se colara el aire glacial y unos cuantos copos de nieve, que cayeron al piso de lona.
Me agité de una forma tan violenta que el temblor se transformó en una convulsión en toda regla.
—Esto no me gusta nada —masculló Edward mientras Jacob volvía a cerrar la cremallera de la entrada—. Limítate a darle el abrigo y sal de aquí.
Mis ojos se habían adaptado lo suficiente para poder distinguir las formas. Vi que Jacob traía el abrigo que había estado colgado de un árbol al lado de la tienda.
Intenté preguntar que de qué estaban hablando, pero todo lo que salió de mis labios fue «qqquuqqquu», ya que el temblequeo me hacía tartamudear de forma descontrolada.
“Tal vez ella ahora si quiere que yo pueda leerle la mente” Dijo Edward con una sonrisa un poco tensa.
—El abrigo es para mañana, ahora tiene demasiado frío para que pueda calentarse por sí misma. Está helada —se dejó caer al suelo junto a mí—. Dijiste que ella necesitaba un lugar más caliente y aquí estoy yo —Jacob abrió los brazos todo lo que le permitió la anchura de la tienda.
"Tú lo pediste, Eddy," rio Emmett. "Te lo dije, debes tener cuidado con lo que deseas."
Edward lo fulminó con la mirada.
Como era habitual cuando corría en forma de lobo, sólo llevaba la ropa justa: unos pantalones, sin camiseta ni zapatos.
—Jjjjaakkee, ttteee vas a cccoonnggelar —intenté protestar.
—Lo dudo mucho —contestó él alegremente—. He conseguido alcanzar casi cuarenta y tres grados estos días, parezco una tostadora. Te voy a tener sudando en un momento.
Edward gruño más fuerte.
"Ehh... tal vez debería tomar el libro." Dijo Emmett, tratando de no reírse. Se veía seriamente preocupado por la seguridad del libro.
“Estoy bien” Susurró Edward.
“Parece que a Edward siempre le tocan los capítulos duros” Dijo Jasper “Lo que es realmente malo” añadió con una sonrisa, pero él también estaba preocupado
“Solo, mantén un ojo en él Jazz” Murmuró Alice y Edward parecía molesto con todos ellos.
Edward rugió, pero Jacob ni siquiera se volvió a mirarle. En lugar de eso, se acuclilló a mi lado y empezó a abrir la cremallera de mi saco de dormir.
La mano blanca de Edward aprisionó de repente el hombro de Jacob, sujetándole, blanco níveo contra piel oscura. La mandíbula de Jacob se cerró con un golpe audible, se le dilataron las aletas de la nariz y su cuerpo rehuyó el frío contacto. Los largos músculos de sus brazos se flexionaron automáticamente en respuesta.
"Edward... no pelees," Dijo Esme, ella se puso triste cuando dijo esto. "Sé que es difícil... pero... bueno, él tiene razón. Ella se podría congelar con ese tiempo."
“Lo sé” Dijo Edward con los dientes apretados. "Simplemente no puedo soportar eso."
“Lo sé” Suspiró Esme.
—Quítame las manos de encima —gruñó entre dientes.
—Pues quítaselas tú a ella —respondió Edward con tono de odio.
—Nnnnooo luuuchéis —supliqué.
Me sacudió otro estremecimiento. Parecía que se me iban a partir los dientes de lo fuerte que chocaban unos contra otros.
—Estoy seguro de que ella te agradecerá esto cuando los dedos se le pongan negros y se le caigan —repuso Jacob con brusquedad.
Edward dudó, pero al final soltó a su rival y regresó a su posición en la esquina.
—Cuida lo que haces —advirtió con voz fría y aterradora. Jacob se rio entre dientes.
—Hazme un sitio, Bella —dijo mientras bajaba un poco más la cremallera.
Le miré indignada.
Ahora entendía la violenta reacción de Edward.
—N-n-n-no —intenté protestar.
—No seas estúpida —repuso, exasperado—. ¿Es que quieres dejar de tener diez dedos?
Emmett abrió la boca para decir algo sobre esto, y a juzgar por su sonrisa iba a ser divertido (al menos para él) pero Edward seguía leyendo con voz tensa.
Embutió su cuerpo a la fuerza en el pequeño espacio disponible, forzando la cremallera a cerrarse a su espalda.
Y entonces tuve que cejar en mis objeciones, no tenía ganas de soltar ni una más. Estaba muy calentito. Me rodeó con sus brazos y me apretó contra su pecho desnudo de manera cómoda y acogedora. El calor era irresistible, como el aire cuando has pasado sumergido demasiado tiempo. Se encogió cuando apreté con avidez mis dedos helados contra su piel.
La tensión sólo se intensificó cuando leyó esto.
—Ay, Bella, me estás congelando —se quejó.
—Lo ssssienttoo —tartamudeé.
—Intenta relajarte —me sugirió mientras otro estremecimiento me atravesaba con violencia—. Te calentarás en un minuto. Aunque claro, te calentarías mucho antes si te quitaras la ropa.
Solo los años de control que tenía Edward pudieron evitar que destruyera el libro.
"Bueno, tiene razón..." Nadie podría decir que Emmett no era valiente, porque el control de Edward no incluía eso. Él golpeó a su hermano con tanta fuerza que se estrelló contra el suelo, con la silla ahora en pedazos.
"¡Cállate!" Le gritó Edward, pero era obvio que estaba tratando de controlar su ira.
Si seguían así, las pocas sillas que quedaban de repuesto se acabarían antes de que terminaran el libro.
Edward gruñó de pronto.
—Era sólo un hecho constatable —se defendió Jacob—. Cuestión de mera supervivencia, nada más.
—-Ca-calla ya, Ja-jakee —repuse enfadada, aunque mi cuerpo no hizo amago de apartarse de él—. Nnnnadie nnnnecesssita to-todos los de-dedddos.
—No te preocupes por el chupasangre —sugirió Jacob, pagado de sí mismo—. Únicamente está celoso.
Emmett sonrió ante eso, pero no dijo nada. Edward estaba demasiado tenso. Él realmente desearía que no fuera Edward el que estaba leyendo ya que de verdad quería decir más.
—Claro que lo estoy —intervino Edward, cuya voz se había vuelto de nuevo de terciopelo, controlada, un murmullo musical en la oscuridad—. No tienes la más ligera idea de cuánto desearía hacer lo que estás haciendo por ella, chucho.
—Así son las cosas en la vida —comentó Jacob en tono ligero, aunque después se tornó amargo—. Al menos sabes que ella querría que fueras tú.
Edward hizo una pausa ya que no esperaba eso por parte del chucho, luego comenzó de nuevo.
 —Cierto —admitió Edward.
Los temblores fueron amainando y se volvieron soportables mientras ellos discutían.
—Ya —exclamó Jacob, encantado—. ¿Te sientes mejor?
Al fin pude articular con claridad.
—Sí.
—Todavía tienes los labios azules —reflexionó Jacob—. ¿Quieres que te los caliente también? Sólo tienes que pedirlo.
Y ahora Edward estaba tenso de nuevo, ya parecía de nuevo él.
Edward suspiró profundamente.
—Compórtate —le susurré, apretando la cara contra su hombro.
Se encogió de nuevo cuando mi piel fría entró en contacto con la suya y yo sonreía con una cierta satisfacción vengativa.
Ya me había calentado y me hallaba cómoda dentro del saco de dormir. El cuerpo de Jacob parecía irradiar calor desde todos lados, quizá también porque había metido en el interior del saco su enorme corpachón. Me quité las botas en dos tirones y presioné los dedos de los pies sobre sus piernas. Dio un respingo, pero después ladeó la cabeza para apretar su mejilla cálida contra mi oreja entumecida.
Y Edward se encontraba leyendo entre dientes.
Me di cuenta de que la piel de Jacob tenía un olor a madera, almizcleño, que era muy apropiado para el lugar donde nos encontrábamos, en mitad de un bosque. Resultaba estupendo. Me pregunté si los Cullen y los Quileutes no estaban todo el día con este embrollo del olor simplemente por puro prejuicio, ya que para mí, todos ellos olían de forma magnífica.
Emmett no pudo controlar la risa ante eso, pero no parecía que Edward estaba prestando atención.
La tormenta aullaba en el exterior como si fuera un animal atacando la tienda, pero ahora ya no me inquietaba. Jacob estaba a salvo del frío, igual que yo. Además, estaba demasiado cansada para preocuparme por nada, fatigada de estar despierta hasta tan tarde y dolorida por los espasmos musculares.
Mi cuerpo se relajó con lentitud mientras me descongelaba, parte por parte y después se quedó flojo.
— ¿Jake? —Musité medio dormida—. ¿Puedo preguntarte algo? No estoy de broma ni nada parecido. «Es sólo curiosidad, nada más» —eran las mismas palabras que él había usado en mi cocina. .. No podía recordar ya cuánto tiempo hacía de eso.
—Claro —rio entre dientes al darse cuenta y recordar.
— ¿Por qué tienes más pelo que los demás? No me contestes si te parece una grosería —no conocía qué reglas de etiqueta regían en la cultura lupina.
—Porque mi pelo es más largo —contestó, divertido. Al menos mi pregunta no le había ofendido.
Sacudió la cabeza de forma que su pelo sin recoger, que ahora ya le llegaba hasta la barbilla, me golpeó la mejilla.
"Hmm... eso tiene sentido", Dijo Carlisle, sus ojos brillaban con diversión. "Me pregunto cómo era la primera vez que se transforma".
Esto, por supuesto, hizo que Emmett se riera más alto, y todos los demás, a excepción de Rosalie, obviamente, y Edward el cual parecía demasiado ocupado leyendo para atender lo que Carlisle había dicho.
—Ah —me sorprendió, pero la verdad es que tenía sentido. Así que ése era el motivo por el cual ellos se rapaban al principio, cuando se unían a la manada—. ¿Por qué no te lo cortas? ¿Te gusta ir lleno de greñas?
Esta vez no me respondió enseguida, y Edward se rio entre dientes.
—Lo siento —intervine, haciendo un alto para bostezar—. No pretendía ser indiscreta. No tienes por qué contestarme.
Jacob profirió un sonido enfurruñado.
—Bah, él te lo va a contar de todos modos, así que mejor te lo digo yo... Me estaba dejando crecer el pelo porque... me parecía que a ti te gustaba más largo.
"Ah... Para impresionar a la chica. Esa es una buena razón," Emmett se rio entre dientes, manteniendo sus ojos en Edward, pero de nuevo, él no le hizo caso y simplemente siguió leyendo.
—Oh —me sentí incómoda—. Esto... yo... me gusta de las dos maneras, Jake. No tienes por qué molestarte.
Él se encogió de hombros.
—De todas formas ha venido muy bien esta noche, así que no te preocupes por eso.
No tenía nada más que decir. Se hizo un silencio prolongado en medio del cual los párpados me pesaban cada vez más y al final, agotada, cerré los ojos. El ritmo de mi respiración disminuyó hasta alcanzar una cadencia regular.
—Eso está bien, cielo, duerme —susurró Jacob.
Edward ante eso hizo un sonido que pareció mitad gemido mitad gruñido.
Yo suspiré, satisfecha, ya casi inconsciente.
—Seth está aquí —informó Edward a Jacob con un hilo de voz; de pronto, comprendí el asunto de los aullidos.
—Perfecto. Ahora ya puedes estar al tanto de lo que pasa mientras yo cuido a tu novia por ti.
Edward hizo otra mueca.
"Creo que está lo suficientemente caliente... ¿El chucho realmente necesita permanecer allí de esa manera’” Le preguntó Rosalie a Carlisle. "Quiero decir, si sólo se queda en la tienda, ¿No funciona?"
"Bueno, no estoy seguro", Dijo Carlisle, "pero definitivamente no estaría tan caliente como lo está ahora. Lo siento... no sé cómo afectaría el calor del hombre lobo en ella."
Edward no replicó, pero yo gruñí medio grogui.
—Déjalo ya —mascullé entre dientes.
Todo se quedó tranquilo entonces, al menos dentro de la tienda. Fuera, el viento aullaba de forma enloquecedora al pasar entre los árboles. La estructura metálica vibraba de tal modo que resultaba imposible pegar ojo. Una racha de viento y nieve soplaba cada vez que estaba a punto de sumirme en la inconsciencia, zarandeando de forma repentina las varillas de sujeción.
Me sentía fatal por el lobo, el chico que estaba allí fuera, quieto en la nieve. Mi mente vagó mientras permanecía a la espera de conciliar el sueño. Aquel pequeño y cálido lugar me hacía recordar los primeros tiempos con Jacob y cómo solían ser las cosas cuando él era mi sol de repuesto, la calidez que hacía que mereciera la pena vivir mi vida vacía.
Ya había pasado mucho tiempo desde que pensara en Jacob de ese modo, pero aquí estaba él de nuevo, proporcionándome su calor.
Edward entrecerró los ojos, pero su voz no demostraba ninguna emoción.
— ¡Por favor! —Masculló Edward—. ¡Si no te importa...!
— ¿Qué? —respondió Jacob entre susurros, sorprendido.
— ¿No crees que deberías intentar controlar tus pensamientos? —el bajo murmullo de Edward sonaba furioso.
Ante eso su voz demostró un sentimiento de enfado.
“Eso tiene que ser un asesino” Emmett se rio disimuladamente.
—Nadie te ha dicho que escuches —cuchicheó Jacob desafiante, aunque algo avergonzado—. Sal de mi cabeza.
—Ya me gustaría. No tienes idea de a qué volumen suenan tus pequeñas fantasías. Es como si me las estuvieras gritando.
—Intentaré bajarlas de tono —repuso Jacob con sarcasmo.
Hubo una corta pausa en silencio.
—Sí —contestó Edward a un pensamiento no expresado en voz alta, con un murmullo tan bajo que casi no lo capté—. También estoy celoso de eso.
"¿Qué?" Preguntó Edward.
Emmett se rio duro de eso. "Ves... no es muy agradable estar en la oscuridad."
—Ya me lo imaginaba yo —susurró Jacob, petulante—. Igualar las apuestas hace que el juego adquiera más interés, ¿no?
Edward se rio entre dientes.
—Sueña con ello si quieres.
—Ya sabes, Bella todavía podría cambiar de idea —le tentó Jacob—. Eso, teniendo en cuenta todas las cosas que yo puedo hacer con ella y tú no. Al menos, claro, sin matarla.
—Duérmete, Jacob —masculló Edward—. Estás empezando a ponerme de los nervios.
“¿Apenas?” Resopló Jasper.
—Sí, creo que lo haré. Aquí se está la mar de a gusto.
Edward no contestó.
Yo estaba ya demasiado ida como para pedirles que dejaran de hablar de mí como si no estuviera presente. La conversación había adquirido una cualidad casi soñadora y no estaba segura de sí estaba o no despierta del todo.
"Bueno, yo lo estoy," Dijo Edward.
"Esto debería ser bueno," Emmett sonrió.
—Ojalá pudiera —repuso Edward después de un momento, contestando una pregunta que yo no había oído.
—Pero ¿serías sincero?
—Siempre puedes curiosear a ver qué pasa —el tonillo zumbón de Edward me hizo preguntarme si me estaba perdiendo algún chiste.
—Bien, tú ves dentro de mi cabeza. Déjame echar una miradita dentro de la tuya esta noche; eso sería justo —repuso Jacob.
—Tu mente está llena de preguntas. ¿Cuáles quieres que conteste?
"¿Por qué le responderías todo lo que pidiera?" Preguntó Rosalie incrédula.
"No sé," Dijo Edward, "Pero yo le debo mucho...", Añadió de mala gana.
"¿Qué?, no le debes..." Se burló Rosalie.
"Él salvó a Bella en el último libro... de depresión y monstruos por igual", Dijo Edward. "Se lo debo."
—Los celos... deben de estar comiéndote. No puedes estar tan seguro de ti mismo como parece. A menos que no tengas ningún tipo de sentimientos.
—Claro que sí —admitió Edward, y ya no parecía divertido en absoluto—. Justo en estos momentos lo estoy pasando tan mal que apenas puedo controlar la voz, pero de todos modos es mucho peor cuando no la acompaño, las veces en que ella está contigo y no puedo verla.
Edward se estremeció ante la idea.
— ¿Piensas en esto todo el tiempo? —Susurró Jacob—. ¿No te resulta difícil concentrarte cuando ella no está?
—Sí y no —respondió Edward; parecía decidido a contestar con sinceridad—. Mi mente no funciona exactamente igual que la tuya. Puedo pensar en muchas cosas a la vez. Eso significa que puedo pensar siempre en ti y en si es contigo con quien está cuando parece tranquila y pensativa.
Otra vez Edward se estremeció.
Ambos se quedaron callados durante un minuto.
—Sí, supongo que piensa en ti a menudo —murmuró Edward en respuesta a los pensamientos de Jacob—, con más frecuencia de la que me gustaría. A Bella le preocupa que seas infeliz. Y no es que tú no lo sepas, ni tampoco que no lo uses de forma deliberada.
—Debo usar cuanto tenga a mano —contestó Jacob en un susurro—. Yo no cuento con tus ventajas, ventajas como la de saber que ella está enamorada de ti.
—Eso ayuda —comentó Edward con voz dulce.
Jacob se puso desafiante.
—Pero Bella también me quiere a mí, ya lo sabes —Edward no contestó y Jacob suspiró—. Aunque no lo sabe.
—No puedo decirte si llevas razón.
— ¿Y eso te molesta? ¿Te gustaría ser capaz de saber también lo que ella piensa?
"Sí," Dijo Edward.
"Pero es bueno que no se puedas," Dijo Alice.
—Sí y no, otra vez. A ella le gusta más así, y aunque algunas veces me vuelve loco, prefiero que Bella sea feliz.
El viento intentaba arrancar la tienda, sacudiéndola como si hubiera un terremoto.
Jacob cerró sus brazos a mí alrededor, protegiéndome.
—Gracias —susurró Edward—. Aunque te suene raro, supongo que me alegro de que estés aquí, Jacob.
Emmett se rio “Creo que es más como: ‘Por mucho que me gustaría golpear tu carne picada, me alegro que mi novia no se esté congelando los dedos de los pies’”
—Si quieres decir que tanto como a mí me encantaría matarte, yo también estoy contento de que ella se haya calentado, ¿vale?
—Es una tregua algo incómoda, ¿no?
El murmullo de Jacob se volvió repentinamente engreído.
—Ya sé que estás tan loco de celos como yo.
—Pero no soy tan estúpido como para hacer una bandera de ello, como tú. No ayuda mucho a tu caso, ya sabes.
—Tienes más paciencia que yo.
—Es posible. He tenido cien años de plazo para ejercitarla. Los cien años que llevo esperándola.
—Bueno, y... ¿en qué momento decidiste jugarte el punto del buen chico lleno de paciencia?
—Cuando me di cuenta del daño que le hacía verse obligada a elegir. En general no me es difícil ejercer este tipo de control. La mayoría de las veces soy capaz de sofocar... los sentimientos poco civilizados que siento por ti con bastante facilidad. Algunas veces ella cree ver en mi interior, pero no puedo estar seguro de eso.
“Ella lo hace, pero hace parecer que no” Dijo Emmett “¿Por qué te escondes tanto?”
"Le duele", Susurró Edward, repitiendo lo que se dijo unas líneas antes.
—Pues yo creo, simplemente, que te preocupa el hecho de que si la obligaras a elegir de verdad, no te escogería a ti.
Edward no contestó con rapidez.
—Eso es verdad en parte —admitió al fin—, pero sólo una pequeña parte. Todos tenemos nuestros momentos de duda. Pero lo que de verdad me preocupaba era que ella se hiciera daño intentando escaparse para verte. Después de que acepté que, más o menos, estaba segura contigo, tan segura al menos como ella puede estar, me pareció mejor dejar de llevarla al límite.
“Sin embargo, no me molestaría verla llegar al límite” Dijo Emmett riendo entre dientes.
Jacob suspiró.
—Ya le he dicho a ella todo esto, pero no me cree.
"Probablemente no, a pesar de que ella tuviera este ‘sueño’," Edward casi sonrió.
—Lo sé —sonó como si Edward estuviera sonriendo.
—Tú te crees que lo sabes todo —masculló Jacob entre dientes.
"Sí," Emmett respondió por él.
—Yo no conozco el futuro —dijo Edward, con la voz de repente insegura.
“Veo que estas deseando estar en mi lugar” Sonrió Alice.
Se hizo una larga pausa.
— ¿Qué harías si ella cambiara de idea? —le preguntó Jacob.
—Tampoco lo sé.
Jacob se rio bajito entre dientes.
— ¿Intentarías matarme? —comentó sarcásticamente, como si dudara de la capacidad de Edward para hacerlo.
—No.
— ¿Por qué no? —el tono de Jacob era todavía de burla.
— ¿De verdad crees que buscaría hacerle daño de esa manera?
Jacob dudó durante unos momentos y después suspiró.
—Sí, tienes razón. Ya sé que la tienes, pero algunas veces...
“Parece que tampoco va a matarte Eddy” Dijo Emmett “O ser asesinado en un intento por matarte”
—...te resulta una idea fascinante.
Jacob apretó la cara contra el saco de dormir para sofocar sus risas.
—Exactamente —admitió al final.
Aquel sueño estaba resultando de lo más bizarro. Me pregunté si no sería el viento incesante el que me hacía imaginar todos estos murmullos, salvo que el viento parecía gritar más que susurrar.
“Sí, extraño sueño... eso no podría ser realidad", Dijo Emmett.
— ¿Y cómo sería?, me refiero a lo de perderla... —inquirió Jacob después de un tranquilo interludio y sin que hubiera ni el más leve rastro de humor en su voz repentinamente ronca—. ¿Cómo fue cuando pensaste que la habías perdido para siempre? ¿Cómo te las... apañaste?
"Trató de matarse," Alice susurró con dolor. "El perro lo sabe."
"Tal vez él estaba hablando cuando Edward se fue," Jasper señaló. "En cierto modo, Edward podría haber pensado que él la perdió para siempre entonces también."
—Es muy difícil para mí hablar de ello —admitió el vampiro.
Jacob esperó.
—Ha habido dos ocasiones en las que he pensado eso —Edward habló a un ritmo más lento de lo habitual—. Aquella vez en que creí que podía dejarla, fue casi... casi insoportable. Pensé que Bella me olvidaría y que sería como si no me hubiera cruzado con ella jamás. Durante unos seis meses fui capaz de estar lejos sin romper mi promesa de no interferir en su vida. Casi lo conseguí... Luchaba contra la idea, pero sabía que a la larga no vencería; tenía que regresar, aunque sólo fuera para saber cómo estaba. O al menos eso era lo que me decía a mí mismo. Y si la encontraba razonablemente feliz... Me gustaría pensar que, en ese caso, habría sido capaz de marcharme otra vez.
"O bien, la habrías acosado a distancia", dijo Emmett.
"Tal vez", dijo Edward, medio entretenido entretenido, pero antes de que Emmett pudiera decir nada más empezó a leer de nuevo.
—Pero si ella no era feliz, me habría quedado. Y claro, este es el modo en que me ha convencido para quedarme con ella mañana. Hace un rato tú te estabas preguntando qué era lo que me motivaba... y por qué ella se sentía tan innecesariamente culpable. Me recuerda lo que le hice cuando me marché, lo que le seguiré haciendo si me marcho. Ella se siente fatal por sentirse así, pero lleva razón. Yo nunca podré compensarle por aquello, pero tampoco dejaré de intentarlo, de todos modos.
“Edward… Eso es…” Comenzó Esme, pero Edward sacudió la cabeza.
"Mamá, he aprendido de mis errores a través de los libros y no la voy a herir con eso," Dijo Edward.
"Parece como si tú lo estuvieras pensando", dijo Esme en voz baja.
Edward casi sonrió  “Siento el peso de mis elecciones, al igual que mi es Edward del libro, pero al mismo tiempo sé que no es real…Eso ayuda mucho. Además creo que aprender a las malas ayuda”
Jacob no respondió durante unos momentos, bien porque estaba escuchando la tormenta o bien porque aún no había asimilado aquellas palabras, no supe el motivo.
— ¿Y aquella otra vez, cuando pensaste que había muerto? ¿Qué sentiste? —susurró Jacob con cierta rudeza.
—Sí —Edward contestó a esta pregunta de forma distinta—. Posiblemente tú te sentirás igual dentro de poco, ¿no? La manera en que nos percibes a nosotros no te permitirá verla sólo como «Bella» y nada más, pero eso es lo que ella será.
Edward leyó esto con rabia, obviamente pensando en el momento en el que Bella y el perro hablaron del tema y en lo que él había dicho.
—Eso no es lo que te he preguntado.
La voz de Edward se volvió más rápida y dura.
—No puedo describir cómo me sentí. No tengo palabras.
Los brazos de Jacob se ciñeron a mí alrededor.
—Pero tú te fuiste porque no querías que ella se convirtiera en una chupasangre. Deseabas que continuara siendo humana.
Edward repuso despacio.
—Jacob, desde el momento en que me di cuenta de que la amaba, supe que había sólo cuatro posibilidades.
"¿Has pensado en cuatro posibilidades también?" Preguntó Emmett.
Edward rodó los ojos. "Por supuesto... y estoy seguro de que son exactamente los mismos que los que está a punto de decir."
—La primera alternativa, la mejor para Bella, habría sido que no sintiera eso tan fuerte que siente por mí, que me hubiera dejado y se hubiera marchado. Yo lo habría aceptado, aunque eso no modificara mis sentimientos. Tú piensas que yo soy como... una piedra viviente, dura y fría. Y es verdad. Somos lo que somos y es muy raro que experimentemos ningún cambio real, pero cuando eso sucede, como cuando Bella entró en mi vida, es un cambio permanente. No hay forma de volver atrás...
<<La segunda opción, la que yo escogí al principio, fue quedarme con ella a lo largo de toda su vida humana. A Bella no le convenía malgastar su tiempo con alguien que no podía ser humano como ella, pero era la alternativa que yo podía encarar con mayor facilidad.
Rosalie frunció el ceño ante eso. Esa es la posibilidad que Edward probablemente seguirá en esta realidad. Sin embargo, era evidente ahora, que quería conocer a Bella tanto como todos los demás.
Sabiendo, por supuesto, que cuando ella muriera, yo también encontraría una forma de morir.
Todos lo miraron.
"Yo no voy a hacer eso", Suspiró Edward, exasperado
<<Sesenta o setenta años seguramente me parecerían muy pocos años... Pero entonces se demostró lo peligroso que era para ella vivir tan cerca de mi mundo... Parecía que iba mal todo lo que podía ir mal. O bien pendía sobre nosotros... esperando para golpearnos. Me aterrorizaba pensar que ni siquiera tendría esos sesenta años si me quedaba cerca de Bella siendo ella humana.
<<Así que escogí la tercera posibilidad, la que, sin duda, se ha convertido en el peor error de mi muy larga vida, como ya sabes: Salir de su vida, esperando que ella se viera forzada a aceptar la primera alternativa. No funcionó y casi nos mata a ambos en el camino.
"Bueno, era una opción estúpida de todos modos," Murmuró Alice.
<< ¿Qué es lo que me queda, sino la cuarta opción? Es lo que ella quiere, o al menos, lo que cree querer. Estoy intentando retrasarlo, darle tiempo para que encuentre una razón que le haga cambiar de idea, pero Bella es muy... terca. Eso ya lo sabes. Tendré suerte si consigo alargarlo unos cuantos meses más. Tiene pánico a hacerse mayor y su cumpleaños es en septiembre...
—Me gusta la primera alternativa —masculló Jacob.
Emmett se rio de eso y Edward puso los ojos en blanco, molesto y un poco divertido por eso.
"Por supuesto que sí," Murmuró Edward.
Edward no respondió.
—Ya sabes lo mucho que me cuesta aceptar esto —murmuró Jake lentamente—, pero veo cuánto la amas... a tu manera. No lo puedo negar.
“¿A mi manera?" Edward siseó ante eso.
"Cree que somos monstruos", Explicó Carlisle con voz tranquila. "Incluso podría creer que no somos capaces de amar”
—Teniendo eso en cuenta, no creo que debas abandonar todavía la primera opción. Pienso que hay grandes probabilidades de que ella estuviera bien. Una vez pasado el tiempo, claro. Ya sabes, si no hubiera saltado del acantilado en marzo y si tú hubieras esperado otros seis meses antes de venir a comprobar... Bueno, podrías haberla encontrado razonablemente feliz. Tenía un plan en marcha.
Edward rio entre dientes.
—Quizá hubiera funcionado. Era un plan muy bien pensado.
—Así es —suspiró Jake—, pero... —de repente comenzó a susurrar tan rápido que las palabras se le enredaron unas con otras—, dame un año chupasa..., Edward. Creo que puedo hacerla feliz, de verdad. Es cabezota, nadie lo sabe mejor que yo,
"Creo que sí," Susurró Edward.
<<pero tiene capacidad de sanar. De hecho, se hubiera curado antes. Y ella podría seguir siendo humana, en compañía de Charlie y Renée, y maduraría, tendría niños
Rosalie frunció el ceño ante la mención de eso. Había una parte de ella que, a pesar de que odiaba el chucho con una pasión ardiente, quería convencer a Bella para cambiar de opinión. Ella no quería que perdiera el futuro que estaba justo en frente de ella. Sin embargo, ella quería que su hermano fuera feliz... Ella estaba en grave conflicto en este momento.
<<Y... sería Bella.
<<Tú la quieres tanto como para ver las ventajas de este plan. Ella cree que eres muy altruista, pero ¿lo eres de veras? ¿Puedes llegar a considerar la idea de que yo sea mejor para Bella que tú?
—Ya lo he hecho —contestó Edward serenamente—. En muchos sentidos, tú serías mucho más apropiado para ella que cualquier otro ser humano. Bella necesita alguien a quien cuidar y tú eres lo bastante fuerte para protegerla de sí misma y de cualquiera que intentara hacerle daño. Ya lo has hecho, razón por la que estoy en deuda contigo por el resto de mi vida, es decir, para siempre, sea lo que sea que venga antes...
<<Incluso le he preguntado a Alice si Bella estaría mejor contigo. Es imposible que lo sepa, claro: mi hermana no puede veros; así que Bella, de momento, está segura de su elección.
“¿De verdad me pediste eso?” Pregunto Alice con una mueca.
"Si pudiera ser feliz... Sería lo mejor para ella", Dijo Edward pesadamente... Sonaba como si le costara mucho decirlo.
"Y ella es lo primero para ti," Esme sonrió con tristeza.
<<Pero no voy a ser tan estúpido como para cometer el mismo error de la vez anterior, Jacob. No voy a intentar obligarla a que escoja de nuevo la primera alternativa. Me quedaré mientras ella me quiera a su lado.
— ¿Y si al final decidiera que me quiere a mí? —Le desafió Jacob—. De acuerdo, es una posibilidad muy remota, te concedo eso.
—La dejaría marchar.
— ¿Sin más? ¿Simplemente así?
—En el sentido de que nunca le mostraría lo duro que eso sería para mí, sí, pero me mantendría vigilante. Mira, Jacob, también tú podrías dejarla algún día. Como Sam y Emily, tampoco tú tendrías opción. Siempre estaría esperando para sustituirte y me moriría de ganas de que eso sucediera.
"Bueno, eso suena encantador," Dijo Emmett.
"Eso suena horrible," Esme hizo una mueca.
"Si tengo que hacerlo..." Edward suspiró, haciendo una mueca también.
"No lo harás," Dijo Alice con confianza.
Jacob resopló por lo bajo.
—Bueno, has sido mucho más sincero de lo que tenía derecho a esperar… Edward. Gracias por permitirme entrar en tu mente.
—Como te he dicho, me siento extrañamente agradecido por tu presencia en su vida esta noche. Es lo menos que podía hacer... ya sabes, Jacob, si no fuera por el hecho de que somos enemigos naturales y que pretendes robarme la razón de mi existencia, en realidad, creo que me caerías muy bien.
"Hmph," Resopló Edward, como si no creyera eso.
—Quizá... si no fueras un asqueroso vampiro que planea quitarle la vida a la chica que amo... Bueno, no, ni siquiera entonces.
"Me gusta su estilo, es mejor Eddy. Al menos es honesto", Se rio Emmett.
"Podría ser honesto, también," Dijo Edward.
"Ehh... acabes de bufarte a ti mismo hace un segundo," Emmett señaló.
"Sí, bueno, Edward ha sido el rey de los sentimientos encontrados por un tiempo," Señaló Jasper. "Estoy seguro de que pudo odiar al chucho y al mismo tiempo agradarle... claro si quisiera."
Edward rio entre dientes.
— ¿Puedo preguntarte algo? —empezó Edward después de un momento en silencio.
— ¿Acaso necesitas preguntar?
—Sólo escucho tus pensamientos. Es sobre una historia que Bella no tenía interés alguno en contarme el otro día. Algo acerca de una tercera esposa...
Edward entrecerró los ojos y se estremeció ante la mención de eso.
— ¿Qué pasa con eso?
Edward no contestó, escuchando la historia en la mente de Jacob. Oí su lento siseo en la oscuridad.
— ¿Qué? —inquirió Jacob de nuevo.
—Claro. ¡Claro! —A Edward le hervía la sangre—. Hubiera preferido que tus mayores se hubieran callado esa historia para ellos mismos, Jacob.
— ¿No te gusta ver a las sanguijuelas en el papel de chicos malos? —se burló Jacob.
"Como si eso fuera todo" Edward siseó.
"Tú sabes que yo habría pensado que se habría dado cuenta del peligro que esto tenía para Bella por ahora", Dijo Carlisle.
—Ya sabes que lo son. Entonces y ahora.
—Lo cierto es que esa parte me importa un rábano. ¿No adivinas con qué personaje podría sentirse identificada Bella?
A Jacob le llevó un minuto caer en la cuenta.
—Oh, oh. Agh. La tercera esposa. Vale, ya veo por dónde vas.
—Por eso quiere estar en el claro. Para hacer lo que pueda, por poco que sea, tal como dijo... —Edward suspiró—. Ése es otro buen motivo para que mañana no me separe de ella. Tiene una gran inventiva cuando desea algo.
"Sí, ella tiene una mente excelente ese tipo de cosas", Dijo Jasper, emocionado.
"¿De verdad estás deseando conocerla, no es así?" Edward preguntó, mirándolo perplejo.
"Sí," Dijo Jasper, mirándolo con un poco de vergüenza.
—Pues ya sabes, tu hermano de armas le dio esa misma idea tanto como la propia historia.
—Nadie pretendió hacer daño —cuchicheó Edward en un intento de serenar los ánimos.
— ¿Y cuánto durará esta pequeña tregua? —Preguntó Jacob—. ¿Hasta las primeras luces? ¿O mejor esperamos hasta que termine la lucha?
Hubo una pausa mientras ambos pensaban.
—Cuando amanezca —susurraron a la vez, y después ambos se echaron a reír.
"Niños," Dijo Esme, sacudiendo la cabeza.
—Que duermas bien, Jacob —masculló Edward—. Disfruta del momento.
Se hizo el silencio de nuevo, y la tienda se quedó quieta durante unos cuantos minutos. El viento parecía haber decidido que después de todo, no nos iba a aplastar y se estaba dando por vencido.
Edward gruñó por lo bajo.
—No quería decir eso de forma tan literal.
Edward gimió de nuevo. En realidad, probablemente leyó la línea exactamente cómo el Edward del libro lo dijo en la tienda.
—Lo siento —cuchicheó Jacob—. Podrías dejarme, ya sabes... dejarnos una cierta intimidad.
— ¿Quieres que te ayude a dormir, Jacob? —le ofreció Edward.
—Podrías intentarlo —le contestó Jacob, indiferente—. Sería interesante ver quién saldría peor parado, ¿no?
—No me tientes mucho, lobo. Mi paciencia no es tan grande como para eso.
Jacob rio entre dientes.
—Mejor no me muevo ahora, si no te importa.
Edward comenzó a canturrear para sí mismo, aunque más alto de lo habitual, intentando ahogar los pensamientos de Jacob, supuse. Pero era mi nana lo que tarareaba, y a pesar de la creciente inquietud que este sueño en susurros me había provocado,
"Sueño en susurros" Repitió Edward, sacudiendo la cabeza.
Caí aún más profundo en la inconsciencia..., en otros sueños que tenían más sentido...
"Debido a que era un sueño real," Emmett se rio y tomó el libro que Edward le estaba entregando.




Hola *.*/

Aca no voy a echarle la culpa a Bella, ni nada, aca la culpa la tiene Meyer, asi de sencillo!!! Si pensaba que Jacob iba a quedarse con la hija de Bella, no podes hacer que pase la escena de la carpa, la manoseo a la suegra!!!! ¿En que cabeza cabe? jajajjajajaja
Bueno, me calmo, dejo la ira para el siguiente capitulo xD

Gracias a Pau Macias por el capitulo, nos leemos en el siguiente... Saludos *.*/

Pd: TEAM HIELO!!!!





4 comentarios:

Lorria dijo...

�������� sentimientos encontrados que necesidad de hacer esto porque si como dice Cary al final no se iba quedar con ella sino con la hija... Que situación más incomoda

Mayra dijo...

No es por nada, pero en la imagen Edward tiene una cara de: "Oh, mi Dios, le estoy tocando, qué guapo es", y Jacob de: "Sueltame, bitch". xD Huele a yaoi.
Y... DIOS MÍO. XDD JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. ¡NO LO HABÍA VISTO DE ESA MANERA! Se manoseó a la suegra. xDD DIOS, MÍO. ¡ES VERDAD! JAJAJAJAJAJA AY, no puedo... -se muere-

Paulina dijo...

No me gusta este capitulo, menos el siguiente, igual continuare leyendo.

Anónimo dijo...

jajaja!!! sí tienes razón se manoseo a la suegris, pero no sólo eso ..... le robó un beso y luego con sus artimañanas logró que ella le pidiera que la besara pasionalmente jajaja!!! y el suegro se tuvo que quedar calladito y con las ganas de dejarlo corriendo a tres patas, definitivamente esta es una "anécdota" que quedará tácitamente olvidada por las tres personas protagonistas de todo el entuerto y que jamás será mencionado a Renesmee jejeje!!!.

En definitiva, todos "mueren" de ganas por conocer a Bella y su singular forma de pensar jejeje!!! aunque Emmett es quien grita a todo el mundo las ganas de conocer a su futura hermanita-cuñadita y punto focal para sus bromas en el futuro y que restregará en cara de su hermano, sin olvidarnos que será también el foco central de las apuestas, pero esas apuestas tendrán que quedar resagadas a después de que terminen de leer Amanecer porque sino ..... cual sería el chiste de apostar sobre bases sólidas de saber qué pasará o qué cosas tratarán de evitar que pasen???

SALESIA